Islandia no forma parte de la UE ni podrá por el momento formar parte de ella. Los gobiernos británico y holandés garantizaron los depósitos de sus ciudadanos en los bancos islandeses. Y, a continuación, exigieron al gobierno de Reykjavik que hiciera lo mismo. Así se acordó oficialmente, pero los islandeses no están de acuerdo y han rechazado en dos referéndums las obligaciones contraídas por su gobierno.
Londres va a presentar sus demandas al Gobierno islandés. Islandia tardará tiempo en salir de la deriva crítica provocada por su sistema financiero. Lo que se ha producido en los dos referéndums es que los ciudadanos no quieren pagar con dinero público los desmanes perpetrados por banqueros que no consultaron cuando los beneficios eran espléndidos. Cuando llegaron las vacas flacas pidieron ayuda a su gobierno y no lo consiguieron porque los ciudadanos dijeron no.